
Los planteamientos sobre el conocimiento humano y su alcance y límites presuponen siempre una cierta concepción sobre qué sea el conocimiento en cuanto tal. Partiendo de prejuicios surgidos en los antitomismos escolásticos, se generaron en la modernidad las diversas y contrapuestas concepciones intuicionistas que se expresaron en el racionalismo y en el empirismo. Interpretaciones unidimensionales y univocistas han apoyado los inmediatos gnoseológicos, en los que se ha derribado la misma posibilidad de reconocer validez especulativa a la actividad pensante que concibe y juzga acerca de la realidad.