Categoría: Obras

3. La teología sagrada: su objeto y razón formal

La teología sagrada, generada en la tarea de los Santos Padres en la búsqueda de la «inteligencia de la fe» y de la defensa de la misma contra los judíos y los herejes, alcanzó, en los grandes doctores escolásticos, a constituirse como una ciencia.

Aunque heterogénea en su subiectum, es decir, su contenido u «objeto material», y en su formalidad cognoscitiva, que es la ratio revelati, respecto de las ciencias de orden natural, es analógica con las mismas en los caracteres de racionalidad argumentativa por la que, a partir de principios ciertos se alcanzan conclusiones «demostradas».
Desde la edad apostólica y en especial a partir del siglo II, llamado el siglo de los Apologistas, se ha dado siempre en la Iglesia esta tarea de defensa y sostenimientoEn Aristóteles la episteme theologike se identifica con la «ciencia que contempla lo que es en cuanto que es», en el sentido de que sólo en esta ciencia que se llamaría después ontología el entendimiento humano, buscando conocer la primera causa de la universalidad de los entes, alcanza a conocer la realidad divina. Damos el nombre de teología natural a la parte última, es decir, al tratado metafísico sobre Dios como primera causa del ente.

Sin Dios nadie tendría que obedecer a nadie…

¿Pluralidad versus Unidad?

¿Pluralidad versus Unidad?

La maldita metafísica atea; sin embargo la pluralidad no es principio de unidad.

Fragmento de una conferencia de F. Canals Vidal (11.XII.1999) en la que alude a la nefasta metafísica atea que subyace a la democracia moderna: «Sin Dios, principio trascendente, nadie tendría que obedecer a nadie. ¡Esto está clarísimo! No hay ninguna unidad en una sociedad sin que haya un principio trascendente, que ponga orden en aquella pluralidad…»

4. Artículos de la fe y conclusiones teológicas

Teniendo en cuenta que la resurrección común, es decir, la nuestra, es también una verdad revelada, de importancia decisiva para el sentido de nuestra vida cristiana, y cuya fe profesamos en los Símbolos, y así el Nuevo Catecismo la expone al comentar el artículo del Símbolo apostólico: «creo en la resurrección de la carne», comprenderemos en qué sentido el raciocinio teológico no se ejercita sólo ni primariamente en la deducción de conclusiones teológicas a partir de los datos revelados, sino que, es también tarea teológica la que fue descrita así por el Concilio Vaticano I.

2. Apologética y teología fundamental

Ya en los Evangelios y en los escritos de los Apóstoles encontramos muchos textos en que se arguye contra quienes desconocen «las obras» que Jesús hacía, y el cumplimiento en El de los prometido a los patriarcas de Israel y anunciado por los profetas.

Desde la edad apostólica y en especial a partir del siglo II, llamado el siglo de los Apologistas, se ha dado siempre en la Iglesia esta tarea de defensa y sostenimientoEn Aristóteles la episteme theologike se identifica con la «ciencia que contempla lo que es en cuanto que es», en el sentido de que sólo en esta ciencia que se llamaría después ontología el entendimiento humano, buscando conocer la primera causa de la universalidad de los entes, alcanza a conocer la realidad divina. Damos el nombre de teología natural a la parte última, es decir, al tratado metafísico sobre Dios como primera causa del ente.

El mundo moderno no cree en la libertad

¿Libertad?

¿Libertad?

El mundo moderno no cree en el libre albedrío (30.XI.1996).

Fragmento sobre la negación del libre albedrío en el mundo moderno demócrata-liberal y su sentido teológico: «Los políticos están siempre hablando con juicios morales y que los liberales, los socialistas, los marxistas…. ¡¡NO CREEN EN EL LIBRE ALBEDRÍO HUMANO!!…»

1. Fe teologal y ciencia de lo revelado

El término «teología» ha tenido una evolución histórica compleja, antes de que llegase a significar la elaboración racional de la que Santo Tomás llamaba «ciencia sagrada».
En Aristóteles la episteme theologike se identifica con la «ciencia que contempla lo que es en cuanto que es», en el sentido de que sólo en esta ciencia que se llamaría después ontología el entendimiento humano, buscando conocer la primera causa de la universalidad de los entes, alcanza a conocer la realidad divina. Damos el nombre de teología natural a la parte última, es decir, al tratado metafísico sobre Dios como primera causa del ente.

Entrevista a Francisco Canals Vidal [1]

Mi admiración primera, por encima de cualquier otra, se dirije a aquellas personas -y pienso en personas concretas que no voy a nombrar porque sería absurdo hacerlo- a las que el poeta mallorquín Costa y Llobera dedicó una poesía titulada «Als humils», en la que habla de la gente a la que los que no comprenden la realidad consideran vulgares, pero que son las personas que con mayor autenticidad y sinceridad cumplen su tarea en el mundo, no buscando la riqueza, ni el honor, ni el poder, sino el cumplir sus deberes en su vida cotidiana

Entrevista a Francisco Canals Vidal [2]

La familia tiene un carácter de célula de la sociedad como decía Aristóteles. Es más inmediatamente natural que la sociedad política, aunque no sea tan plenaria. A pesar de que la amplitud de la sociabilidad humana no se agota ni se contiene en el horizonte doméstico, puesto que entre la familia y la autoridad política debe haber una serie de cuerpos intermedios de tipo territorial, económico, profesional, cultural, etc., en el sentido en el que la familia es célula de la sociedad, lo es de una forma irrepetible e incomparable con cualquier otra cosa. No se puede sustituir de suyo la familia por ningún otro tipo de agrupación.

Los siete primeros Concilios (4): Éfeso (1)

Conferencia de F. Canals Vidal (Barcelona 1.II.1989)

La «Theótokos» de la pasión

Curso de historia del dogma impartido por Francisco Canals Vidal en 1989 en Balmesiana (Barcelona) sobre la formulación de la ortodoxia católica en los siete primeros concilios.

 

 

 

 

Entrevista a Francisco Canals Vidal [3]

Vitalmente me es imposible prescindir de la Fe. En el orden del pensamiento, puedo pensar racionalmente en Dios, y en este sentido, porque llevo muchos años estudiando y pensando en los temas metafísicos, puedo decir que me siento integrado en la gran tradición de la metafísica cristiana, que ve a Dios, desde nuestros conceptos racionales, como Aquel que es el ser infinitamente perfecto y, por tanto, viviente eterno, con inteligencia infinita y amor infinito; ser, vida, conocimiento, amor. Es el Ser infinito y la explicación absoluta de todo.